En una visita reciente a Ciudad del Este, la pujante localidad situada en la triple frontera entre Brasil, Paraguay y Argentina, un empresario me hizo esta pregunta: ¿Cómo implementar el gobierno corporativo en una empresa familiar? El tono de la demanda transmitía un cierto escepticismo, porque este buen hombre de negocios consideraba que las buenas prácticas de gobernanza eran muy difíciles de desarrollar y de cumplir en las empresas familiares.
El Cielo parece tener una predilección con Argentina, porque lo que ha logrado Milei en tan solo dos años, tiene categoría de milagro, de los grandes. “Hoy celebraremos esta noche histórica, pero desde mañana a primera hora de la mañana nos pondremos a trabajar para hacer realidad las soluciones que los argentinos necesitan. La victoria en la batalla no viene de la cantidad de soldados sino de la fuerza que llega del Cielo. ¡Viva la Libertad, carajo! ¡Dios bendiga a los argentinos! ¡Muchas gracias!”, dijo el presidente electo en la conclusión de su discurso anoche.
Quien tiene mínimos conocimientos de la historia del fútbol, sabe que, a nivel de clubes, el Real Madrid es el mejor club, no solo de España sino del mundo, como así lo ha reconocido la FIFA, de la misma manera que a nivel de naciones es Brasil quien ostenta el mayor número de coronas: cinco. A nivel sentimental y de afectos, cada uno tiene su opinión, que es respetable, por supuesto, pero cuando debemos analizar hechos, los resultados mandan y un mínimo de objetividad y salud mental se necesitan, sin fanatismos disfuncionales.
Muchos son los que me han contactado en los últimos días sorprendidos por el resultado electoral en España del pasado domingo 23 de julio. Puedo entender el asombro, la extrañeza, incluso la consternación de quienes no daban crédito al resultado, sobre todo por parte de quienes querían un cambio, porque Pedro Sánchez, líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) encarna a la perfección la figura enferma del político sin alma, sin principios y sin escrúpulos, que es capaz de pactar con quien sea para llegar al poder, y de mentir descaradamente al pueblo, como de hecho ha hecho en reiteradas ocasiones, defendiendo que no es grave hacerlo porque es legítimo “cambiar de opinión”, con tal de lograr los acuerdos necesarios para mantenerse al frente del gobierno el tiempo que sea necesario.
En mi último viaje a Ciudad de México tuve la suerte de conocer el Mercado de Mixcoac, una verdadera fiesta para los sentidos, uno de los centros de comercio más queridos de la ciudad, con más de 72 años de historia, caracterizado durante mucho tiempo por una línea de techo de dientes de sierra. A ojo de buen cubero, pude calcular que ese lugar estaba conformado por, al menos, 300 puestos, entre ellos, la famosa taquería de los Hermanos Luna, que, para poder degustar su oferta gastronómica, toca hacer fila independientemente de la hora del día.
Tuve el honor de participar en la presentación del libro “Antioxidantes para la empresa familiar”, que tuvo lugar el pasado mes de mayo en Madrid, España. Durante el evento que se desarrolló con la presencia de los autores del libro, se hizo referencia a la alta mortalidad de las empresas familiares y a la consiguiente necesidad de sentar las bases de una “vida saludable” a nivel familiar y empresarial. ¿Cómo lograrlo? Muy sencillo: impulsando los antioxidantes de la empresa familiar.
El papel que juega una madre en el ecosistema de las empresas familiares es crítico, incluso en aquellas donde su presencia puede parecer de bajo perfil o invisible. Lo mismo he comprobado en aquellas familias donde su patrimonio no está unido ya a una empresa, sino que cuentan con un family office, una oficina que gestiona el patrimonio y ofrece servicios a la familia.
El día de Pascua recibí el mensaje de whatsapp de un buen amigo italiano. Junto con las felicitaciones tradicionales por esta época tan especial del año, me comentaba que se encontraba en Bilene, cerca de Mozambique, pasando unos días de retiro. “Quiero descubrir cosas importantes, dar un nuevo rumbo a mi vida, aumentar mi nivel de conciencia, conectar con mi yo más profundo”.
La ética organizacional no puede quedarse a un nivel superficial, sino que debe formar parte de la cultura, de la responsabilidad social, de los valores organizacionales, de los comportamientos habituales de todos los colaboradores y grupos de interés. La ética es esencia, no cosmética, y es el mejor camino para lograr un éxito empresarial sostenible en el tiempo y que aporte verdadero valor a la sociedad. De todo esto se habló en el II Foro Internacional sobre Responsabilidad Social, organizado por la prestigiosa escuela de negocios de CETYS Universidad, en Baja California, que se desarrolló el pasado 1 de marzo, en el que tuve el honor de participar.
Ya lo dijo con autoridad y criterio Steve Jobs: “La innovación es lo que distingue a un líder de los demás”. Porque un líder se anticipa a los demás, “ve” lo que otros no ven, al menos lo ve y ejecuta mucho antes. Incluso en medio de la incertidumbre, siguiendo una intuición, porque si esperamos a tener toda la información y todas las variables bajo control ordenadas en un plan de negocio ya suele ser demasiado tarde para su implementación. Un líder es, por definición, un innovador con hechos, con acciones, con resultados.