La famosa serie Black Mirror, sobre ciencia ficción y cómo impacta la tecnología en nuestras vidas, en su última temporada incluye un capítulo en el cual habla sobre una familia ordinaria, común, que se ve obligada a pagar un altísimo tratamiento médico, de última generación, para enfrentar una situación de salud. Igual que en el cuento, en Paraguay la mayoría de quienes somos “gente común”, estamos a una enfermedad de perderlo todo.
El informe de la Contraloría General, que sobre la inspección de 300 escuelas confirma graves irregularidades en la provisión de almuerzo en el marco de Hambre Cero, es una clara muestra de que en el Gobierno de Santiago Peña, el hambre que quieren saciar no es el de los niños, sino el suyo propio, porque tienen hambre... de dinero y de poder.
Dato mata relato, dijo el ministro de Educación, Luis Fernando Ramírez, y afirmó que el 97% de los kits escolares ya fueron entregados y que solo quedaron algunos “febreristas” que no recibieron los útiles. Un pobre intento por encubrir el fracaso del MEC, a su cargo, y del gobierno de Santiago Peña, en un inicio de clases demasiado carente. El dato, contundente, es que la tercera semana del año lectivo 2025 terminó con alumnos que no tienen ni útiles, ni almuerzo, ni docentes, ni aulas en condiciones.
En un helicóptero pagado por todos nosotros, el presidente Santiago Peña sobrevuela la República. Pareciera que desde lo alto se desdibujaran mucho la crisis de los hospitales públicos, el pésimo servicio de transporte público, la “vaquita” que hacen las familias para comprar algo de carne, y, por si fuera poca violencia, esta verdad que a todos sopapea: Los narcos son parte del Gobierno y deciden quién vive y quién muere.
Todos saltamos emocionados hasta las lágrimas con los goles de Tonny Sanabria y Omar Alderete, incrédulos de la victoria de Paraguay ante Argentina. Todos lo celebramos, pero no todos en las mismas condiciones, porque ganamos el partido, pero, cómo nos juegan!
Entre amedrentamientos a periodistas y medios de comunicación, y vendettas contra ciudadanos y organizaciones que alguna vez osaron denunciar a alguno de sus miembros, el cartismo anuncia ahora la intención de una reforma constitucional. El único propósito sería permitir que su líder, Horacio Cartes, intente volver al sillón presidencial. El autoritarismo se consolidaría así, nuevamente, en un Paraguay que no logra desprenderse aún de las atroces herencias de 35 años de stronismo.
Estas son dos historias tomadas hoy como ejemplo de lo que es pasar una primavera con “Nenecho”, el intendente imputado de Asunción, que se tomó un avión para ir con su esposa a Miami, primero de compras y luego a un curso sobre “catástrofes”, evadiendo hablar de las catastróficas consecuencias que está teniendo su administración.

Culminó este domingo, en el Shopping Zuni de Ciudad del Este, el torneo de ajedrez “IRT Homenaje al Prof. Nicolás Ladaga”, realizado en honor a un amante del ajedrez que desarrolló una plataforma de aprendizaje de ajedrez, permitiendo a los más interesados mejorar sus métodos y resultados a corto plazo. Del cierre del evento participaron dos hijas del profesor, que falleció el año pasado. En esta nota te contamos quiénes son los ganadores del torneo.

Obras de emblemáticos compositores de la música popular brasileña y de la música tradicional paraguaya, deleitaron anoche al público que se congregó en el centro cultural Mangoré - Agustín Pío Barrios, de Ciudad del Este, para disfrutar de una gran Gala Orquestal Binacional en conmemoración a los 202 años de la independencia del Brasil. Con más de 60 músicos, la Orquesta Filarmónica Alto Paraná (OFAP), liderada por el maestro Juan Ramón Vera, hizo sentir desde “saudades” hasta mucha felicidad a los presentes. También se lanzó el libro “Santos Dumont en las cataratas”, de Micael Da Silva.
Al asumir como presidente de la República, Santiago Peña prometió trabajar un eje al que llama “Paraguay sano”. Pero al cumplirse un año de su gobierno, la salud del Paraguay está cada vez más enferma, a juzgar por lo que está pasando en los hospitales públicos, donde los techos se derrumban sobre quirófanos y no hay guantes, antibióticos, ni una aspirina. El dolor quiebra la garganta de pacientes que cuentan lo tremendo de la situación.