
Los niños con altas capacidades (AACC) suelen ser vistos únicamente desde su potencial intelectual, pero su desarrollo emocional también requiere especial atención. Su elevada sensibilidad, su pensamiento complejo y las altas expectativas, propias y ajenas, pueden generarles ansiedad y estrés desde edades tempranas.

El perfeccionismo es una característica frecuente en los niños con altas capacidades (AACC) y puede manifestarse como una búsqueda constante de la excelencia o un deseo profundo de hacer las cosas «sin errores». Si bien esta tendencia puede ser una fuente de motivación y esfuerzo, también puede convertirse en un obstáculo para su bienestar emocional, su autoestima y su disfrute del aprendizaje.

El aislamiento social es uno de los problemas más frecuentes y menos visibles que pueden enfrentar los niños con altas capacidades (AACC). A pesar de poseer un potencial cognitivo superior, creatividad destacada y una profunda curiosidad intelectual, muchos de estos niños experimentan dificultades para integrarse socialmente.

Simular significa representar una cosa imitándola. El grado de imitación supone una mayor o menor aproximación a la realidad. La escuela, por sus especiales características, es un terreno abonado para representar la realidad en un recinto cerrado, muchas veces aislado de dicha realidad.


Los estudiantes con altas capacidades intelectuales, en particular, requieren experiencias diferenciadas que les permitan desplegar su potencial, evitar la desmotivación y canalizar sus talentos de manera constructiva. En este contexto, la ruta de aprendizaje surge como una estrategia pedagógica innovadora, flexible y eficaz para responder a sus demandas.

Los círculos de aprendizaje pueden definirse como espacios colaborativos y flexibles en los que un grupo reducido de estudiantes comparte intereses, investiga sobre un tema y construye conocimiento en forma conjunta, bajo la guía de un docente o facilitador.

El siguiente paso que se puede dar dentro del trabajo independiente es facilitar a los alumnos la posibilidad de que ellos mismos elijan los temas que deseen tratar dentro de una determinada unidad didáctica de entre una variedad más o menos amplia de sugerencias aportadas por el docente.

Para las aulas que no disponen de centros o rincones de aprendizaje, el maestro puede tener preparadas guías o fichas de proyectos. En estas guías, el docente entrega a los alumnos las condiciones de trabajo: los objetivos, el calendario de actuación, los criterios de evaluación y las sugerencias sobre cómo llevar a cabo la actividad.

Los proyectos multidisciplinares y transversales se presentan como estrategias pedagógicas idóneas para potenciar sus talentos y ofrecer un espacio de aprendizaje más estimulante, integral y significativo.