Como Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior y de Seguridad, ha sido mi prioridad dar renovada forma política al sentimiento de comunidad que une Europa y América Latina y el Caribe (ALC). Un sentimiento forjado por los trasiegos de millones de personas de un lado al otro del Atlántico, unidos por una historia, lenguas y culturas comunes.
2023 es un año clave para el relanzamiento de las relaciones entre la UE y América Latina y el Caribe. El 24 y 25 de marzo participaré en la XXVIII Cumbre Iberoamericana que tendrá lugar en Santo Domingo. Este encuentro con los líderes iberoamericanos se enlaza con la Cumbre UE-CELAC del próximo mes de julio en Bruselas. La confluencia de dos cumbres este semestre demuestra el interés compartido en reactivar la “otra relación transatlántica”.
A finales de mayo de 2021, tan solo el 2,1 % de los africanos ha recibido al menos una dosis de la vacuna contra el COVID-19. Debemos cerrar la brecha de vacunación entre las economías avanzadas y los países en desarrollo para evitar lo que Tedros Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha denominado «el apartheid de la vacunación». Es lo moralmente correcto, y además redunda en el interés de todos.