En cuanto a la aplicación de los test de personalidad, capacidad e integridad a los postulantes a miembros de la Corte Suprema de Justicia, lo cuestionable, a mi criterio, no es solamente haberse dado a publicidad algunas partes o conclusiones de los test, pues yo estoy de acuerdo en que se me practique y evalúe cualquier tipo de test de personalidad cuya verificabilidad sea confiable, y siempre que su grado de certeza pueda ser científicamente comprobada; y sobre todo si el test es uno perfectamente asimilable al cargo al cual nos hemos postulado. Lo cual, a todas luces, ahora sabemos que no es así, pues se trata de un test enlatado diseñado para supervisar a funcionarios o empleados de mandos medios de una empresa, más bien privada.
30 de noviembre de 2024