Itaipú es una fábrica que produce electricidad utilizando las aguas provenientes del río Paraná, límite entre Paraguay y Brasil. Según el Tratado de Itaipú de 1973, el producto o electricidad generado en la usina hidroeléctrica corresponde la mitad a Brasil y la otra mitad a Paraguay.
La pérdida de territorio es el más claro indicio de la desaparición de un Estado. El Estado paraguayo, de seguir la política de expansión del Imperio brasileño, hoy Brasil, tiende a desaparecer. Los 210 años de república son una gota de mar en el tiempo, la historia universal frecuentemente registra la desaparición de los Estados soberanos. Una vez perdida la soberanía, que arrastra consigo a la libertad, solo resta esperar el desenlace.
Para el discurso oficial, Itaipú significaba una victoria de la diplomacia. Mediante este triunfo, el Paraguay en igualdad de condiciones podía compartir con Brasil una de las mayores fuentes de hidroelectricidad del planeta. Según los panegiristas gubernamentales, el país “solo puso el agua del río Paraná” sin costo alguno para el Estado paraguayo.
Para el discurso oficial, Itaipú significaba una victoria de la diplomacia. Mediante este triunfo, el Paraguay en igualdad de condiciones, podía compartir con Brasil una de las mayores fuentes de hidroelectricidad del planeta. Según los panegiristas gubernamentales, el país “sólo puso el agua del río Paraná”, sin costo alguno para el Estado paraguayo.
La represa hidroeléctrica Itaipú es consecuencia de la interpretación maliciosa del Tratado de límites que fue impuesto a la República del Paraguay por el Imperio de Brasil, en 1872. Un tratado arbitrario que despojó al país de más de 60.000 km2 de su territorio al final de la Guerra Guasu (1864-1870). Pese a esta injusta usurpación territorial, el Tratado de límites de 1872 nunca puso en discusión la soberanía del Paraguay sobre las cataratas del Salto del Guairá, accidente natural registrado por especialistas como fuente extraordinaria de electricidad.