Asistimos estas semanas a tensiones internacionales entre Paraguay y Argentina, iniciadas en esta coyuntura por el cobro unilateral por parte de Argentina de peaje a embarcaciones paraguayas, el gobierno tomó algunas medidas, entre ellas, interrumpir temporalmente la cesión de energía paraguaya excedente de Yacyretá a Argentina.
El desarrollo es un concepto que está en los medios, planes, investigaciones, discursos. Es una meta en torno a la cual tenemos un consenso como humanidad. Pero su camino, cómo llegamos y lo construimos, es un debate abierto, con aciertos y errores, que requieren fortaleza y solvencia para avanzar.
En la tarde de ayer, Peña nombró a los nuevos consejeros de Itaipú, quienes –sostuvo– “defenderán los intereses de Paraguay en la Itaipú Binacional”. Encabezados por la jefa de Gabinete, el equipo integrado principalmente por ministros se alza como el que negociaría Itaipú, teniendo por delante la revisión del Anexo C y, con ello, el manejo de la entidad en general.
El Canciller viaja hoy a Brasil para tratar temas de la agenda bilateral. 15 días han pasado desde el inicio del nuevo gobierno, sin novedades sobre qué se planteará en materia de Itaipú. Los planes y las políticas en la materia abundan, pero el problema, más que la planificación, es la acción y ejecución, donde prima aún la voluntad política y la coyuntura cambiante como variables.
El tema de Itaipú estuvo ausente en el discurso de asunción de Peña. En todas las entrevistas posteriores, siguió siendo abordado con vaguedades, repitiendo solamente que “será un factor de desarrollo”. Desarrollo para qué, y para quién, son preguntas que quedan flotando. Abordado por la prensa, el Canciller Ramírez Lezcano sostuvo que estarán elaborando la posición paraguaya para la negociación de Itaipú y presentándola a la ciudadanía, oportunamente. ¿Cuándo es oportunamente?
Ayer 15 de agosto asumió el 51° Presidente del país, 10° desde el inicio de la transición democrática. En el discurso de traspaso de mando, Peña presentó un programa de prioridades, con grandes énfasis, e importantes vacíos. Destacó, una y otra vez, que el diálogo y el consenso serán los caminos, y que deben entender “las señales que da la ciudadanía”, harta de peleas y falta de eficiencia. Textualmente, dijo “que el consenso sea obligación para satisfacer las necesidades de todos los paraguayos”. Te tomamos la palabra, Peña. La ciudadanía es la única garantía del desarrollo y la soberanía.
Este domingo 13 de agosto se cumplen los 50 años de entrada en vigor del Tratado de Itaipú. El martes 15 de agosto asume el nuevo gobierno, con el mismo viejo proyecto anterior. Hay un sentimiento generalizado de impotencia, y de que “ya no se puede hacer más nada”, como que todo se perdió. Nada más lejos de la verdad. Como ciudadanía, la pelota está en nuestra cancha y nos toca actuar.
Peña sostuvo, este viernes 28 de julio, su segunda reunión oficial con el presidente Lula Da Silva en Brasil, en la segunda visita al vecino país tras la elección general del 30 de abril. Con acuerdos en torno a “acelerar las tratativas” de los temas de interés, esta visita deja varios puntos a analizar, debatir y mover desde la ciudadanía.
Estamos a solo días de cumplirse los 50 años de entrada en vigor del Tratado de Itaipú y, asimismo, a días de asumir la nueva administración que tendrá en sus manos el desafío de la revisión del Anexo C. Pese a que el reloj avanza, poco aún se conoce qué buscará el nuevo gobierno ante este reto.
Peña confirmó a Justo Zacarías como próximo director paraguayo de Itaipú. Más allá del nombramiento, que sigue la línea de un cupo político en el cuoteo del poder, lo central es mirar los desafíos que tiene el nuevo gobierno por delante, y el Paraguay en general, en esta oportunidad histórica de los 50 años de la entidad.