EL VIAJE SIN RETORNO.- En mi casa nadie se escandalizaba cuando se tocaba el tema de la muerte. Era muy común conversar con naturalidad sobre la existencia de la parca, en una actitud mezcla de audacia, respeto, aceptación y sentido del humor.
Veranear-Mi amiga me saluda y felicita desde una de las paradisíacas playas de las Maldivas en el océano Índico. Al otro lado del mundo, a 28 horas de vuelo y a 14.300 kilómetros de distancia. Por una cuestión de posibilidades, casi seguro que allí no te vas a encontrar con parientes, vecinos o amigos. Aquí eran las 11:00 am., allá eran las 20:00. Yo le respondo desde Luisito, comprando bolsas para desperdicios, a 3 minutos de casa.
Narcofeudalismo-A primera vista, la noción de que estamos viviendo un neo-feudalismo nos puede parecer extraña y poco verosímil. En la Edad Media, el feudalismo dividía a la sociedad en estamentos fijos: nobleza, clero y siervos de la gleba, siendo estos últimos la gran mayoría.
Felicidades-Entre festejos, abrazos, brindis y expresiones de buenos deseos transcurren los días de fiesta. También se escuchan reclamos y comentarios adversos relacionados al año que se va. Si planteamos prosperidad, no exageremos la letanía de la miseria.
Joda paradojal-Nadie sabía nada. La comunicación se hizo furtivamente, un viernes a la noche. Cuando llegó al conocimiento público se armó un soberano guarara. Conferencia de prensa con imprecisiones. “Yo no sabía nada”, dice una autoridad importante.
Agradecimientos-Diciembre se desliza impertérrito hacia el final del año. El clima de las fiestas esparce anuncios de felicidad, que se mezclan con la bronca que produjo el autoaumentazo de los legisladores.
Grosería II- El uso del improperio forma parte de la naturaleza humana y, más que un ataque, se lo considera un método de defensa. En su Historia de la filosofía, Schopenhauer, define al agravio como la muestra más clara de inequidad intelectual, porque es un reflejo ante el peligro.
ES POSIBLE – Diariamente y a la misma hora, en estos atardeceres de noviembre, siento una extraña tristeza al escuchar el canto solitario de una cigarra macho que no obtiene respuesta. Nadie de su especie le contesta, no hay coro, ni réplica alguna a su desolada estridulación. Solo un silencio que retumba y duele.
La Globalización Culinaria propone el deleite de una gastronomía inusual, aquella que pasa desapercibida o aquella desconocida dentro de nuestra propia cultura. Y como vivimos en un planeta paradojal, también hay voces que, ante la mundialización de la comida, claman por la posible pérdida de identidad de la etnococina, considerada patrimonio de la alimentación, viene acompañada de la palabra sostenibilidad que promueve la conservación del ingrediente base, las tradiciones y personas que giran alrededor de su producción, desarrollo y consumo.