El 25 de junio es el Día del Libro paraguayo. La fecha siempre se recuerda con ferias y exposiciones. E invitando a niños y jóvenes a adquirir el hábito de la lectura. Algo que se va perdiendo por el teléfono celular qué posee todas las informaciones y de todos los temas.
Dijo el Presidente Santiago Peña, que se preocupa todos los días por nosotros. Que su deseo más grande es que tengamos los bolsillos llenos de dinero y que gastemos menos en salud y educación. Para que ocurra eso, el gobierno debe implementar medidas que combatan la pobreza y lograr una mejor distribución de la riqueza.
La educación sexual y la salud reproductiva, vienen a ser dos temas muy importantes, en especial para adolescentes. Es cierto que ellos reciben una cantidad impresionante de información por las redes sociales y de los amigos, pero no es igual que la enseñanza venga de maestros. Y nos atrevemos a decir que en estos dos temas, la formación debe provenir de los padres. La educación que se imparte con el ejemplo y el testimonio de vida, es la que nos marca a fuego, la que orienta nuestro camino.
El Gobierno puede implementar muchos programas para sacar a los jóvenes de la drogadicción y de la delincuencia. Ambas problemáticas sociales están ligadas entre sí. Para ir a delinquir toman sustancias y como se vuelven adictos tienen que conseguir sus drogas cometiendo delitos.
Es increíble la falta de valores éticos y morales en la conducta de los individuos en la sociedad actual. Falta de respeto, falta de empata y solidaridad, falta de responsabilidad y compromiso. Sobre todo ausencia de honestidad y otras virtudes, vemos hoy día. Y provienen de nuestras propias autoridades qué son las que deben dar ejemplos.
La corrupción verdaderamente enriquece a unos pocos y empobrece a muchos. Los políticos cuando llegan al poder ven la forma de enriquecerse rápidamente con el dinero del pueblo. No todos los políticos por suerte. Hay quienes son honestos y patriotas, pero son lo menos.
Escuchamos con frecuencia en el parlamento palabras muy groseras qué resultan muy chocantes al oído. Precisamente de quienes dicen representarnos o sea los que defienden nuestros intereses. Aparte que no manejan bien el idioma. Hablan pésimo el guaraní y el castellano. No saben hilar ni una idea en forma coherente. Cero en expresión oral y en lenguaje.