En cualquier competencia de la vida la conjunción de odio, ira y arrogancia expone la debilidad aguda en quien los siente. Ese cóctel de pasiones apaga el entendimiento propio y otorga ventajas al contrincante para defenderse y atacar con éxito. Miguel Prieto era una figura local arrinconada en el Este. Hoy, por la furia del Quincho, se convirtió en político nacional.
El 29 de mayo se inaugurará la Feria Internacional del Libro (FIL) Asunción 2025. Serán 10 días de intensos encuentros entre la ciudadanía y la lectura. Un oasis cultural en medio de tanta barbarie que sufrimos en nuestro país, especialmente en el ámbito político.
Días atrás, un joven asaltante de 18 años de edad, baleado por su propia víctima, fue despedido en el Cementerio del Sur como un héroe, entre vítores, petardos y disparos de armas de fuego. Poco después, docentes de Derecho UNA homenajearon a un exministro de la Corte Suprema que había sido condenado por coimero. Dos muestras puntuales del despeño moral de nuestra sociedad.
Ayer, 26 de abril, se cumplieron 20 años del fallecimiento de Augusto Roa Bastos, ocurrido en el 2005, en coincidencia con el Día del Periodista. Una casualidad notable, pues don Augusto fue esencialmente periodista y en esa condición sufrió su primer destierro en 1947, año de peligros supremos, incluida una sanguinaria guerra civil.
Una república llega al abismo más profundo cuando la Justicia se constituye más en una amenaza que en una protección para la ciudadanía. Cuando predominan magistrados venales y una Corte Suprema que acude a la palangana de Pilatos cada vez que debe resolver quién es justo y quién no, si la decisión afecta al poder. Como en aquel célebre juicio, Barrabás estaría muy tranquilo en el Paraguay.
Un viejo aforismo dice que hay muchas leyes, pero poca justicia. Esto le calza a nuestro país, donde la inseguridad jurídica es endémica. En el caso Rodrigo Quintana, por ejemplo, se juzga a una sola persona, supuesto autor material, cuando lo esencial es quién ordenó el asalto al PLRA.Y en la mafia de los pagarés hay leyes que protegen a los delincuentes, y nada de justicia para las víctimas.
“Horacio, vos sabés que se roba en las licitaciones (…). Así que dejate de joder con que tu gobierno es honesto”. Esto no lo dijo un opositor panfletario. Lo dijo Juan Carlos Galaverna en 2017, tiempo en que adhería a Abdo y condenaba al presidente Cartes. Si cambiara el “Horacio” por “Santiago”, supongo que la reprimenda galaverniana tendría hoy incuestionable vigencia.
En medio de un analfabetismo funcional que crece sin freno, ante la pobreza cada vez mayor en el lenguaje de jóvenes y adultos, las autoridades educativas andan más preocupadas por el kure caldo y la justificación de las sillas que enriquecerán a los muchachos del poder. Hasta se ocupan de usar a niños para darle las gracias al “señor presidente Santiago Peña”, en un arrebato patéticamente ruin.