En su edición del pasado viernes 5, el diario ABC Color incluyó esta información: “En la Junta Municipal de Asunción, la mayoría colorada aprobó cancelar un homenaje a una activista LGBTI, fallecida, con el argumento de ser contrario a los valores ‘profamilia’ del nuevo intendente, Luis Bello (ANR-HC). El concejal César ‘Ceres’ Escobar propuso abiertamente el control previo del contenido de todos los eventos que se desarrollen en espacios municipales”.
El pasado jueves 28 se dieron a conocer las obras completas de Julio Correa (Edit. Arandurá). Fue en la casona que fuera del dramaturgo, hoy convertida en un activo centro cultural de Luque. En Correa encontró nuestro idioma nativo al mejor intérprete de las ideas y sentimientos nacionales en la escena.
Miguel Prieto recibió dos golpes al mismo tiempo: 1) destitución de la intendencia de Ciudad del Este; 2) calidad moral e intelectual de los diputados que cumplieron la orden de sacarlo. Repasando la lista, uno se pregunta cómo es posible que un país tenga un Poder Legislativo de tan baja calidad y superlativo cinismo. Contra una supuesta corrupción votaron conocidos corruptos.
Dionisio Amarilla agredió verbalmente al presidente del club Olimpia, Rodrigo Nogués. Fue porque el club perdió ante Guaraní. En una competencia se gana, se pierde o empata. Esto es elemental. El problema es cuando la soberbia embrutecida de Amarilla le hace creer que el Olimpia debe ganar siempre porque es su club.
Nuestro país tiene tres niveles: 1) Las personas que viven bien gracias a su esfuerzo, emprendimiento, talento, disciplina; 2) Las personas que viven bien gracias a su vocación para quedarse con el dinero del Estado en sus distintas modalidades: licitaciones tramposas, sobrefacturaciones, pagar por obras que no se hacen, etc.; 3) los que viven deslomándose en el trabajo honrado, con cuyos impuestos se alimentan los del nivel dos.
El 31 de julio de 1947 las fuerzas revolucionarias abandonaron Concepción, luego de cuatro meses de haberla ocupado. La maniobra ha sido sorpresiva y astuta. Todas las embarcaciones disponibles fueron colmadas de combatientes, armamentos y víveres. Como se dirigieron al norte, se creyó que los rebeldes habían abandonado su intención de tumbar la dictadura del general Higinio Morínigo, contra la que se habían levantado el 8 de marzo. Después de unos kilómetros las embarcaciones giraron hacia el sur y se dirigieron a Asunción.
En su afán de congraciarse con los parlamentarios, Santiago Peña los hundió más todavía. Los humilló. Confesó que se merecen una propina porque todos los proyectos de leyes del Ejecutivo son aprobados. Y no cualquier propina. Se trata de mantener y aumentar los privilegios injustos de la jubilación. Además, lo dijo en momentos en que los jubilados de segunda clase viven alarmados ante el descalabro de las cajas de jubilaciones municipal, IPS y estatales. Como era de esperarse, ni un solo congresista se defendió de la acusación presidencial. Recordemos que los proyectos son aprobados por la aplanadora cartista sin debatirse siquiera. Se entiende, entonces, los aplausos de Peña.