Esta semana han coincidido la visita a Argentina del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el cuadragésimo aniversario del golpe de Estado que en 1976 inició siete años de dictadura en ese país. De ello, de la obra del artista argentino Hugo Aveta y de la aproximación estética a los centros clandestinos de detención, trata el siguiente artículo.
Una colección privada recoge inquietudes sociales y epocales, al tiempo que testimonia el pensamiento y la vocación del coleccionista, que con sus elecciones personales procede a un recorte temporal en la obra de un artista y en el proceso general de la cultura. Suele llegar un momento en que, por su volumen y trascendencia, lo reunido excede los límites del espacio privado y exige ser compartido con la sociedad de modo abierto y participativo. Así, lo que en un principio fuera fuente de disfrute personal y familiar pasa a nutrir fondos de instituciones creadas para preservar esta riqueza y ponerla a disposición de la ciudadanía.