Educación y conciencia moral

Uno de los cometidos de la educación es trabajar por crear los espacios para una mayor conciencia moral en las personas en sociedad.

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Bien podríamos decir, que desde que apareció el hombre sobre la Tierra hay conciencia moral. Pero, como es natural, al principio de la humanidad no era como es ahora. Por eso es interesante ver un poco el desarrollo de la conciencia desde el hombre primitivo. Tengamos en cuenta que se trata de aquella capacidad -la conciencia- de volver sobre los propios actos; la capacidad de darse cuenta de la propia actividad; es la presencia de sí a sí mismo.


La etnografía asegura que en todos los pueblos ha habido conciencia moral. En los pueblos primitivos, la conciencia es un fenómeno espontáneo; es más bien objetiva, porque el primitivo, como el niño, está volcado al exterior, a los objetos, y le cuesta trabajo la reflexión. En segundo lugar, la conciencia primitiva es coléctica. El primitivo se refugia en el clan, en la tribu, que le protege. En tercer lugar, la conciencia primitiva es ritualista-mágica. Como el primitivo va volcando hacia lo exterior y hacia el grupo étnico, recurre a tranquilizar su conciencia a través de grandes ceremonias.


En el período de la cultura greco-romana, la conciencia moral, de espontánea y exteriorista, se hace, poco a poco, interiorista y refleja. El hombre va penetrando en su mundo interior y concibe la conciencia moral como la conciencia sicológica, y como la facultad espiritual en la que resuena la voz de Dios. Esta labor de interiorización, iniciada por los pitagóricos, llega al nivel moral con Sócrates, Platón y Aristóteles.


Acabamos de ver que para griegos y romanos, la conciencia se reduce a conciencia testigo; sobre todo, el griego piensa que el bien está en conformarse con la naturaleza. En cambio, la conciencia moral bíblica aparece como un dinamismo interno, especialmente religioso; es la relación personal con un Dios personal. El principio de la moral bíblica es conformarse con la voluntad de Dios. Se trata de algo práctico y activo.

En la época moderna, el mérito de Descartes fue el haber puesto como centro de la filosofía, no el objeto sino el sujeto. Con ello abrió nuevos y más amplios horizontes a la filosofía, que se reflejaron también en la concepción de la conciencia moral. Posteriormente el empirismo, el sociologismo y el abuso del método experimental llevaron a cierto desconocimiento de la naturaleza de la conciencia. El existencialismo contribuyó grandemente a la revalorización de la conciencia poniendo de relieve la variedad y la riqueza del mundo, sin embargo, hay en el existencialismo una desintegración de la conciencia, por el afán de llevar el análisis hasta el absurdo y la nada.

En resumen, teniendo en cuenta el momento histórico que nos toca vivir, con todo un aparato tecnológico de primera mano, la historia como maestra de la vida, el grado de comprensión de las cosas, entre otras cosas, el hombre aún se encuentra en el punto de partida en todo lo que se refiere al grado de conciencia respecto a las personas y las cosas. Por todo ello, la educación comprende y asume el desafío histórico como una tarea y un compromiso.


COMPRENSION
HISTÓRICA
DE LA
CONCIENCIA

COMUNIDAD
PRIMITIVA
Espontánea
Colectiva-ritualista

CULTURA
GRECO-ROMANA
Interiorista
Refleja

CONCEPCIÓN
BÍBLICA
Dinamismo interno
Religioso-voluntad de Dios

ÉPOCA
MODERNA
Respuesta a los estímulos
Registro de presiones múltiples

Es importante recordar que la conciencia es algo vital, muy ajeno a un conjunto de elementos yuxtapuestos. En la conciencia va comprometida toda la persona. Entonces, se puede decir, que la conciencia moral es la estructuración total de la persona ante el quehacer moral.
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