Caacupé: Obispo Gavilán exige a las autoridades “cerrar las canillas” de la corrupción

El obispo Gavilán urgió a las autoridades a cerrar las canillas de la corrupción y recordó que sin justicia económica no habrá desarrollo real para el país.
El obispo Gavilán urgió a las autoridades a cerrar las canillas de la corrupción y recordó que sin justicia económica no habrá desarrollo real para el país.

Mons. Juan Bautista Gavilán, obispo de Coronel Oviedo, responsabilizó a las autoridades por la mala administración del país y por permitir que la corrupción siga drenando los recursos nacionales. Advirtió que Paraguay es un país rico con demasiados pobres por culpa de la inequidad y llamó a construir una economía con rostro humano.

Durante su homilía, Mons. Juan Bautista Gavilán lanzó un contundente llamado a las autoridades nacionales al señalar que “los primeros responsables” de la situación económica y social del país son quienes administran los recursos públicos.

Criticó que sigan existiendo “canillas abiertas” en todos los niveles del Estado, lo que, según dijo, impide que el país avance hacia un desarrollo con justicia y equidad, que es lo que tanto se necesita.

“El Paraguay es un país rico, pero lleno de pobres”, expresó el obispo de Coronel Oviedo al advertir que la desigualdad no responde al destino ni a la casualidad, sino a la mezquindad y a la ambición desmedida de varios sectores que acaparan riquezas mientras hay miles de compatriotas carecen de lo básico.

Gavilán citó el Evangelio de San Lucas para recordar que quienes buscan asegurar su vida solo en bienes materiales son calificados de “insensatos y necios”. Sostuvo que esta lógica de acumulación también se refleja en la realidad paraguaya que se vive, donde la pobreza crece junto a la riqueza de unos pocos.

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“Toda acumulación indebida es totalmente inmoral”, afirmó.

“El bien común”

El prelado insistió en que los bienes creados por Dios tienen un destino universal y deben servir al bien común.

Agregó que la falta de oportunidades, la precariedad laboral y la migración forzada evidencian una economía sin humanidad. “Una economía sin rostro humano mata”, cuestionó en uno de los momentos más fuertes de su mensaje.

Además de criticar a los gobernantes, Gavilán apeló a la responsabilidad social de empresarios nacionales y extranjeros que operan en el país.

Les pidió mirar las necesidades reales del pueblo paraguayo y tomar conciencia de su papel en la construcción de una sociedad más justa. “No es cristiano acapararlo todo”, remarcó.

Finalmente, el obispo urgió a “acondicionar la economía para los compatriotas” y recordó que el desarrollo auténtico solo será posible si se combate el despilfarro y se prioriza la dignidad de cada persona.

“Dios ofrece su mensaje, no obliga; pero el que tenga oídos, que oiga”, concluyó.